NUEVA
GENERACIÓN
UN LLAMADO AL NUEVO NACIMIENTO
¿Quienes somos?
Somos un ministerio que trabaja con la Iglesia de Cristo, para servirla y llevarla a una relación genuina y cercana con Él.
valores y fe
NUESTROS
VALORES
El objetivo es Cristo; somos nada más que un medio destinado a apuntar a Él, y a Su evangelio transformador.
bases
Nuestros valores y fundamentos
conócelos
1. nuevo nacimiento
Juan 3:7 → “No te maravilles de que te dije: Es necesario nacer de nuevo”
Lo que nos hace diferentes como cristianos no es la regla moral que seguimos, ni los estándares, ni la vida de prosperidad o cosas similares; lo que nos diferencia, es haber nacido de nuevo. Esto quiere decir “haber sido regenerados”; éramos muertos espirituales y, por la intervención de Cristo, hemos vuelto a vida espiritual. Hombres y mujeres que aborrecían a Dios, ahora se han vuelto amantes de Él; quieren responder a Su llamado. Ésta es la diferencia fundamental entre un cristiano y un no cristiano. Éramos enemigos de Dios, ahora hemos sido reconciliados con Él.
Este nuevo nacimiento implica el proceso en que reconocemos nuestro pecado, entendemos que necesitamos un salvador, nos arrepentimos, y obtenemos, por medio de Cristo y Su obra en la cruz, la justificación y regeneración, para ahora iniciar un proceso de santificación continua y progresiva, volviéndonos cada vez más conforme a Su Imagen.
2. relación con dios
¿Para qué estamos vivos espiritualmente? La vida espiritual es aquella que Adán y Eva perdieron en el Edén, y es la que Cristo ha recuperado por nosotros. Ella nos permite e impulsa a relacionarnos con Dios otra vez. Por eso, el cristianismo no es metodología, filosofía, ni religión; se trata de una persona: Cristo. El nuevo nacimiento, regeneración, o conversión, nos llevan a poder establecer otra vez esa relación.
Cuando el hombre peca, lo primero que pierde es la comunión con Dios. De esta manera, esa relación es lo primero que Dios viene a restaurar con el hombre, cuando se da el nuevo nacimiento.
3. santificación
La santificación es un llamado de parte de Dios, con “dos caras”. Por una parte, cuando Él nos toma y nos salva, somos santificados en el sentido de que somos “apartados” para Él. Seguimos estando en el mundo, pero ya no pertenecemos a él.
Por otra parte, cuando nacemos de nuevo, comienza en nuestras vidas un proceso de santificación progresiva; ella nos lleva a cada día volvernos más conforme a la Imagen de Cristo, abandonando aquellas cosas que Dios aborrece, apartándonos de ellas y siguiendo el consejo de Dios. El Espíritu Santo es el autor de esa santificación, y el cristiano colaborador y ejecutante para que la misma se lleve adelante.
1 Tesalonicenses 5:23: «Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser —espíritu, alma y cuerpo—, irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”
4. continuo arrepentimiento
Un crecimiento en la gracia nos lleva a un conocimiento mayor de nuestra verdadera condición. ¡Y ese conocimiento hace que todo el tiempo vayamos a Dios en arrepentimiento! El apóstol Pablo llegó a tal crecimiento en la gracia, que se decía a sí mismo que era el peor de los pecadores. El estudio de la Palabra, la comunión con el Señor, sin lugar a dudas nos llevan a un arrepentimiento continuo en nuestras vidas como creyentes; cada vez entendemos más nuestra condición, cada vez se agranda más el sacrificio de Cristo; cada vez nos arrepentimos más, y cada vez estamos en una relación más genuina y cercana con nuestro Dios.
5. amor
El amor que expresamos no es un amor humano; es el amor ágape de nuestro Dios. Este amor es un amor sacrificial, no egoísta, que no busca su propio beneficio; antes, se hace servidor de los demás y pone su vida por las personas. Todo lo que somos y hacemos gira en torno a ese amor.
Juan 13:34-35
6. personas
Dios ama personas, no ministerios. Jesucristo se entregó por personas. Esto nos lleva a entender y mantener siempre presente que el amor que mantenemos no es por el ministerio; es por las personas que Dios ha puesto para que sirvamos. En realidad, el ministerio se trata de cumplir el llamado de Dios para llevarle gloria a Él, y que la Iglesia de Cristo sea edificada, lo cual se da cuando servimos a las personas en amor.
No hacemos de las personas un proyecto. No usamos a las personas para el beneficio de un ministerio ni entidad. No llamamos a las personas a hacer lo que está en contra de su voluntad. Llamamos a las personas a arrepentirse y nacer de nuevo, para permitir que Cristo obre en sus vidas, y sean guiados a vivir en una relación con Él, y hacer todo lo que Él les ha encomendado.
7. integridad
Aunque este texto alude al obispo (o pastor o anciano), entendemos que no importa qué actividad llevemos adelante; somos hijos de Dios, y para vivir en integridad no se requiere portar otro título, ya que, de una u otra manera, todos los cristianos somos representantes de Dios en la tierra (2 Corintios 5:20).
8. servicio y humildad
Mateo 20:26-28 → “26 Mas entre ustedes no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre ustedes será servidor, 27 y el que quiera ser el primero entre ustedes será vuestro siervo; 28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”
Uno de los fundamentos del llamado de Cristo para Su Iglesia es el servicio; así manifestamos nuestro amor por Dios y nuestro amor por el prójimo, desarrollando y poniendo por obra los dones que él Espíritu Santo nos ha entregado.
9. respeto
Mateo 12:36 – 1 Pedro 2:17
La palabra “respeto”, puede entenderse según su origen como “honor o valor”. Básicamente, habla de “poner un alto valor a algo”. Ahora, ¿Cómo surge el respeto, la honra del creyente hacia el prójimo? Principalmente de entender que Dios creó al ser humano a Su Imagen y Semejanza.
El respeto implica amor hacia todos nuestros hermanos, sin importar nacionalidad, etnia, culturas ni ninguna otra aparente diferencia. Nuestro respeto debe reflejarse en las palabras que utilizamos, y en la manera en que vivimos.
cristo
y el nuevo nacimiento
Juan 1 dice “en Él estaba la vida, y Él era la luz de los hombres”; Cristo es nuestra vida desde el principio; pero a causa de la muerte espiritual el hombre ha quedado desconectado de Dios. Y solamente una alternativa es ofrecida para que regresemos a la comunión perfecta del inicio, a la esencia del diseño original de Dios para nosotros: el nuevo nacimiento a través de Cristo.
“Si no naces de nuevo, no puedes ver el reino de Dios”. Esto significa que ser mejores personas no nos hará ver a Dios; ser grandes ministros y reconocidos no nos hará ver a Dios; tener un lenguaje y apariencia religiosos no nos llevarán hasta Dios. Cristo es el único medio, la única fuente de salvación y vida, y sólamente los que creen en Él tienen acceso nuevamente al padre; sólo los que experimentan a Cristo y el nuevo nacimiento pueden ver el reino de Dios.
CONOCE
NUESTRA FE
Siendo Jesucristo Dios mismo, y la Biblia la Palabra de Dios revelada sin error, creemos:
01
Carácter de dios
Creemos en un Único Dios (Deuteronomio 6:4-5, Éxodo 20:3), eterna y perfectamente Justo (Salmos 116:5), un Dios de Amor (1 Juan 4:7-8), Misericordioso y Compasivo (Salmos 103:8). Nuestro Dios es eternamente Santo (1 Pedro 1:15-16). Su esencia es espiritual (Juan 4:24), habiéndose revelado a la humanidad a través de Cristo encarnado (Hebreos 1:3-4). El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un mismo Dios, que entendemos como una trinidad (2 Corintios 13:14).
02
PECADO
El hombre se ha rebelado contra Dios (Génesis 3:6), le ha dado la espalda, y, consecuentemente, vive muerto en sus delitos y pecados (Efesios 2:1) y separado de Dios (Romanos 3:23). No hay ni siquiera un justo entre los hombres (Romanos 3:10).
03
NECESIDAD DE SALVACIÓN
Como producto de su caída, el hombre está bajo condenación eterna (Juan 3:18), y su destino es el lago de fuego eterno (Apocalipsis 20:15), estando la ira de Dios sobre su vida (Juan 3:36). Sin embargo, estando en esta condición, Dios ha extendido su mano y le buscó a través de Cristo (Lucas 19:10), proveyendo de un medio para la salvación (Tito 2:11-14): Cristo Jesús, el mediador entre Dios y el hombre (1 Timoteo 2:5).
04
Fe y Arrepentimiento – Justificación y Regeneración
Para alcanzar la salvación, el hombre es llamado a arrepentirse de sus pecados (Hechos 17:30-31) y volverse a Dios de todo corazón, confesando que Cristo es su única esperanza de salvación (Hechos 4:12), su única ofrenda posible para el perdón eterno del pecado (Efesios 5:2). A partir de este reconocimiento de necesidad, y la fe depositada en Cristo Jesús, el hombre es justificado delante de Dios (Romanos 3:24), y regenerado; ya no está eternamente condenado (Romanos 8:1), es eternamente inimputable, habiendo que ha pasado de muerte a vida (Juan 5:24) y, aunque antes odiaba a Dios y aborrecía Su ley, ahora es transformado su corazón (Ezequiel 11:19-20) para que desee buscar a Dios y agradarle en todos los caminos (1 Juan 2:3-6).
05
relación con dios
1 Corintios 1:9
Creemos que quienes han nacido de nuevo tienen el llamado primario y prioritario de parte de Dios a relacionarse con Él genuina y permanentemente. Creemos que la salvación afecta tanto al futuro del hombre, librándole de la condenación eterna, como al presente, en donde ha sido reconciliado con Dios (2 Corintios 5:18) y ahora es llamado a caminar con Él.
06
iglesia y llamado
Creemos que Dios ha instituido la Iglesia como Su cuerpo, baluarte de la verdad (1 Timoteo 3:15), la cual ha preservado y preservará hasta el regreso de Cristo (Mateo 16:18). Somos llamados a la comunión con los hermanos en Cristo (Hebreos 10:25), y en este cuerpo, cada creyente tiene una función designada por Dios (Romanos 12:4-5), en donde todos son importantes. Dentro de la Iglesia, Dios ha provisto de dones para la edificación, los cuales deben ser avivados por cada persona (2 Timoteo 1.6) y puestos a disposición para la edificación (1 Corintios 14:12). La Iglesia ha sido comisionada para predicar el evangelio en todo el mundo, a toda criatura (Mateo 28:16-20), mediante la búsqueda en oración y consecuente capacitación del Espíritu Santo (Hechos 4:31).
07
VIDA CRISTIANA Y SANTIFICACIÓN
El hombre regenerado no ha cesado de cometer pecado, pero ahora puede arrepentirse y tiene abogado ante el Padre (1 Juan 2:1). El cristiano no es perfecto, producto de que aún no ha sido glorificado (2 Tesalonicenses 1:10). Dada esta situación, y como ahora tiene una nueva naturaleza (Colosenses 3:10-15), se ha desatado en sí una férrea lucha entre la carne, los remanentes del antiguo hombre, y el espíritu dentro de sí (Gálatas 5:17); una parte de sí busca seguir bajo la vieja naturaleza, mientras que el Espíritu le impulsa a seguir a Cristo y Su consejo; a quien el cristiano alimente más será quien predominará en su vida. Esto decantará en un cristiano inmaduro y carnal, de quien puede creerse que en verdad no ha nacido de nuevo, o bien, en un cristiano maduro y espiritual, que crece en la fe y comunión con Cristo (Hebreos 6:1-3, 1 Corintios 3:1-3)
08
eternidad
El hombre que está bajo pecado, está camino al infierno (Mateo 10:28). Pero aquel que ha creído en Cristo Jesús, puede estar seguro de que ya no está bajo condenación (Romanos 8:1), y que su destino eterno es el paraíso con Dios (Lucas 23:43), para estar por la eternidad con Cristo (Filipenses 1:23-24).